lunes, 19 de junio de 2017

DOMINGO 12 DEL T.O. 2017. LA PROVIDENCIA DE DIOS.

Retomamos de nuevo el Tiempo Ordinario con el domingo 12. En el Evangelio se nos habla Jesús de cómo no debemos de tener miedo a la gente los cristianos para anunciar el Evangelio, la BUENA NUEVA de la salvación, pues lo que os digo en secreto, decídlo a plena luz; "no tengáis miedo a los que  pueden matar el cuerpo pero no pueden matar el alma. Más bien temed, tened miedo de aquel que puede matar el alma y cuerpo en la gehena. y sigue diciendo: " ni un solo pájaro cae en tierra si vuestro Padre no lo permite, tenemos contado hasta el último cabello de la cabeza" y " delante de mi Padre yo me declararé a favor de aquel que me confesare delante de los hombres y, por el contrario, si alguien me niega delante de los hombres yo también lo negaré delante de mi Padre".
Todo lo anterior nos da pie para valorarlo que somos ante Dios y por Dios y que Jesús-HIJO DE DIOS- nos recupera con su vida, pasión, muerte y resurrección, elevándonos a la dignidad de hijos de Dios-pero esto parece tan grande, tan hermoso, que nos parece que sea verdad, PUES ES VERDAD. Somos hijos de Dios. Dios cuida de todos y de cada uno de nosotros, sus hijos.
 ¿Qué es Providencia de Dios? Pues " el cuidado amoroso que Dios tiene de todo lo creado y de un modo especial de nosotros sus hijos". Hasta lo más pequeño del mundo universo, de la" casa común". todas las cosas existen porque Dios con su amor y omnipotencia lo crea, lo conserva. Pero debemos tenerlo muy claro de que Dios es el que cuida de manera especial a de nosotros con su amor a todo lo creado.
 Jesús nos revela de manera especial: Somos hijos de  Dios, Dios es nuestro Padre y, como hijos, debemos poner también nuestro amor en el Padre con Jesús y por Jesús; pongamos la confianza plena en Dios, que tiene una especial predilección, debilidad por nosotros.¡ Cómo cuidan los padres de sus hijos! Pues Dios cuida de sus hijos: nosotros. Dios quiere lo mejor para cada uno de nosotros, sus hijos, todo lo tiene planeado por y para nosotros, para nuestro bien y felicidad.
 Cuando nosotros confiamos en la Providencia de Dios, no disminuye  nuestra responsabilidad, nace y acrecienta nuestra serenidad, será más fácil la obediencia al Padre, las mismas faltas de cada día nos pueden ayudar a confiar más en el Señor, ya que Dios endereza  todas las cosas para nuestro provecho y nos volvamos más humildes, progresar en la virtud, en la fe, confianza, ser agradecidos por tanto amor y paciencia de Dios con cada uno de nosotros, nos ayuda a dirigirnos más y mejor al Padre con toda confianza y que le tenemos con nosotros y no nos está lejano, sino dentro de nosotros vivificando nuestro espíritu y corazón. Señor Dios Padre "que todo lo haces con peso, mediad y número". Gracias, Padre, por tu Hijo Jesucristo en la unidad del Espíritu Santo. Santa María que te has fiado plenamente en la voluntad de Dios, intercede por nosotros para que nos fiemos del Señor.

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